viernes, 20 de enero de 2012

La verdad es Silencio

Una vez, cuando niño, me di cuenta de que me estaban mintiendo. Con la furia de un león encaré a la persona y le dije: ¡me dí cuenta de que no es verdad lo que me dijiste! -luego de un momento de silencio añadí- ¡Ahora decime la verdad!
 Estaba tan inmensamente desesperado e indignado por oír las palabras que vendrían a continuación, que en ese mismo momento noté algo maravilloso: No tenía una mente. ¡Yo no tenía una mente! había desaparecido todo interés por investigar, argumentar o analizar: En ese momento yo sólo tenía oídos.
 En ese momento le dije a mi amigo "espera, espera. No digas nada. He encontrado algo mucho mejor que tu verdad, y es este silencio que me predispone a escuchar. Ahora es más bello el silencio, por favor, no lo destruyas con tus palabras. Dejame regocijarme en esta paz... "
 Desde entonces, nunca más oí su respuesta y nunca más me interesó.

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