Resulta curioso, la percepción de la "verdadera naturaleza" del
Universo no es definida (descrita) de la misma manera por la sabiduría
femenina y la masculina.
Entiendo a la "verdadera
naturaleza" como la unión del "yo" personal con el único Yo del
Cosmos.Parece ser que esa unión indivisible con la Vida se experimenta
en el transcurso del tiempo de dos formas distintas: la femenina y la
masculina.
Si bien pueden haber hombres con gran carga y características
femeninas, y viceversa, mujeres con maneras, rasgos, gestos, procesos,
tiempos masculinos; por lo general la mujer encarna la impronta
femenina y el hombre los modos masculinos, y esto es así por el
vehículo cuerpo-mente en el que habitan, entre otras condiciones.
La masculina:
las cualidades del hombre, al tratarse de un cuerpo dotado de fuerza,
rigidez, resistencia, extremidades mas bien de tamaños grandes; son
características propicias para lidiar y aventurarse a enfrentar la vida
externamente. Es decir, trepar árboles, escalar montañas, transportar
peso, trabajar superficies, modificar, romper, disponer. Valerse para
construir un refugio para sus compañías cercanas... y ya no hablamos
sólo de fuerza fisica, sino también de las estrategias, técnicas,
métodos, que se crean en el nivel mental-intelectual que son útiles para
llevar a cabo las tareas que se ve, por naturaleza, diseñado y
predispuesto a hacer. Así, se puede ver que la consciencia y la
atención, en el énfasis masculino, se encuentra en la intención de
moverse en el mundo, aventurarse en la vida, crear espacios fisicos,
lidiar con problemas materiales... y en esta impronta, en la búsqueda de
la estrategia, de la técnica, del perfeccionamiento del método, el
hombre se halla pendiente de las experiencias pasadas y de las
ponderaciones hacia el futuro. Su centro de desarrollo se posiciona en
la intelectualización, el cálculo, el perfeccionamiento, trabaja en la
validez de los procesos mentales en tanto instrumento para estar y
desplegarse en el mundo.
Modo de vivir su verdadero Ser:
Al recordar (descubrir, despertar a, encontrar) su verdadera
naturaleza, el centro del cosmos, su yo esencial, el hombre se encuentra
con una impresionante paradoja, por el simple hecho de que ha vivido
pendiente de lo externo y sin ningún sentido de lo interno. Su modus operandi
habia estado volcado en los fenómenos fisicos, extrovertido en el mundo
del hacer y del perfeccionar. Por este motivo al encontrar su vedadera
naturaleza (el Yo-Todo-Cosmos), tal forma de vida se halla frente a lo
"inmejorable", "inmutable", "intratable", "inconmensurable". Nada se
puede hacer con ello, y eso no se entiende. Además, se pierde la validez
de sus métodos por haber cambiado, en un giro de °180, el objeto que el
mundo Es. La mente, al no hallar una salida al dilema, se detiene,
dejan de irrigarse pensamientos y muchos proceso psíquicos dejan de
funcionar a causa del quiebre con el mundo de las formas y, por ende,
las técnicas.
A modo de resumen (y dejando abierto el
tema... muy abierto) la existencia masculina capta la luminosidad de su
propio ser a traves de un modo de estar diseñado para resolver
situaciones en un mundo externo que pierde consistencia hasta el grado
0°. Luego todo su modo de vida cae como el agua de un tsunami,
repentinamente y sin vuelta atrás... todas sus creencias son
inaplicables. Y junto con el mundo, su "yo" personal, mente y
pensamientos también caen, dando una sensación profunda de vacío, de
desaparición, de una Nada que resulta la mejor manera de explicar el
Todo.
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