sábado, 23 de julio de 2011

¿Cuáles serían mis frutos, las consecuencias?

 En un momento de extremo silencio interno (como pocas veces tengo), acostado en la cama a la noche, en mi habitación que es super silenciosa, he tenido una de esas revelaciones que solo es posible tener con silencio.
 Me dí cuenta que en lo profundo, uno Es. Eso implica estar acá, y eso nos obliga a crear algo.
 Estando acá, en algún momento vamos a crear algo, hacer algo. Algo ocurrirá a través de nosotros, de nuestra existencia. Estamos acá intrínsecamente aferrados a la magia de crear algo. 
 Es una consecuencia de Ser, ¿que voy a hacer?. Estoy acá, algo tengo que hacer. La vida que tengo dentro me obliga a crear cualquier cosa que sea, pero es necesario crear algo nuevo. Es la consecuencia de existir.

 Me di cuenta que la Vida, a través de una planta, crea a la propia planta. La hace crecer. La Vida hace eso.
 Y no tiene un límite, si las condiciones son favorables, el ser seguirá desarrollando su forma, brotará. Una vez que se ha estabilizado, comienza a crear nuevas ramas, nuevos tallos, saca flores, muestra colores.
 Pero crea, algo tiene que crear.
 Más vale crear belleza y verdad.

 Cómo quisiera ser una planta, y florecer por el impulso de la vida, de la verdad, y no de la ambición. Si fuese así ¿cuáles serían mis frutos, las consecuencias?

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